Reconstrucción del Templo de la Concordia (a la derecha en primer plano)
Los restos del templo de la Concordia, uno de los más antiguos destinados al culto de una personificación en lugar de a una divinidad, se sitúan en el lado occidental del Foro Romano, junto a las tres columnas que quedan en pie del Templo de Vespasiano y Tito.
Aunque su construcción se remonta al siglo IV a.C. fue restaurado tras un incendio por Tiberio durante el Principado de Augusto (entre los años 7 a.C. y el 10 d.C) época a la que pertenecen los escasos vestigios del mismo que pueden observarse en las cercanías del Templo de Saturno. Tiberio lo consagró en su nombre y en el de su hermano Druso.
En concreto fue mandado construir por Lucio Furio Camilo en 367 a.C, para conmemorar la reconciliación entre patricios y plebeyos. Posteriormente fue reconstruido en 121 a.C. por Lucio Opimo con la finalidad de restablecer la armonía de la población tras el asesinato de los hermanos Graco.
No obstante, fue Tiberio quien dio al templo su perfil definitivo, utilizando para ello el botín que trajo de Germania, tal y como relata Suetonio (Vida de Tiberio. 20). Tras esta restauración, el Templo de la Concordia se hizo famoso por la opulencia de sus mármoles y por la rica decoración arquitectónica y escultórica que lo convirtieron en un auténtico museo al aire libre. Desde entonces se conoció como Templo de la Concordia Augusta. Delante de él Augusto hizo levantar un altar donde se invocaba cada año a la Salus Publica, Concordia et Pax, deidad que velaba por la salvaguarda del Estado romano.
Moneda de tiempos de Tiberio con la representación del templo de la Concordia
Fuente: "RIC 0061" di Classical Numismatic Group, Inc. http://www.cngcoins.com. Con licenza CC BY-SA 3.0 tramite Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:RIC_0061.jpg#/media/File:RIC_0061.jpg
No obstante, fue Tiberio quien dio al templo su perfil definitivo, utilizando para ello el botín que trajo de Germania, tal y como relata Suetonio (Vida de Tiberio. 20). Tras esta restauración, el Templo de la Concordia se hizo famoso por la opulencia de sus mármoles y por la rica decoración arquitectónica y escultórica que lo convirtieron en un auténtico museo al aire libre. Desde entonces se conoció como Templo de la Concordia Augusta. Delante de él Augusto hizo levantar un altar donde se invocaba cada año a la Salus Publica, Concordia et Pax, deidad que velaba por la salvaguarda del Estado romano.
Reconstrucción del Templo de la Concordia
A sus pies edificó Augusto en 20 a.C,, el Miliarium Aureum, alrededor del cual estaban grababas en bronce las distancias este Roma y las principales ciudades del Imperio.
Restos del Templo de la Concordia junto al Tabularium
Desgraciadamente del templo sólo ha perdurado parte del basamento, el podio y el umbral de la cella. Algo de la riquísima estructura se conserva en el Tabularium y un bellísimo capitel en el Antiquarium del Foro.
Restos del Templo de la Concordia en al Tabularium. Roma. Museos Capitolinos
Fuente: "Passaggio del tabularium 02" di Sailko - Opera propria. Con licenza CC BY 3.0 tramite Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Passaggio_del_tabularium_02.JPG#/media/File:Passaggio_del_tabularium_02.JPG
Capìtel del Templo de la Concordia. Roma. Antiquarium del Foro
Fuente: : "Capitello corinzio dal tempio della concordia, con coppie di montoni". Con licenza Pubblico dominio tramite Wikipedia - https://it.wikipedia.org/wiki/File:Capitello_corinzio_dal_tempio_della_concordia,_con_coppie_di_montoni.jpg#/media/File:Capitello_corinzio_dal_tempio_della_concordia,_con_coppie_di_montoni.jpg
Fue un lugar emblemático en la historia de Roma donde en ocasiones se reunía el Senado. En su interior pronunció Cicerón la cuarta Catilinaria y allí se publicó la condena a muerte de Sejano.
Su modelo se exportó a las provincias donde se han encontrado templos de las mismas características como el de Mérida cuyos restos de época tiberiana revelan una copia exacta del de Roma.