El Palacio de Domiciano fue construido por éste en la parte oeste del monte Palatino convirtiéndose en el principal complejo imperial, pues aglutinaba múltiples edificios desde la época republicana y se extendía a través de 5 hectáreas. La Domus es un enorme complejo destinado a magnificar el poder del soberano del mundo. Un hecho que vuelve a poner de relevancia la diferente manera de ver el poder entre Domiciano y su padre y hermano que continuaron viviendo modestamente en su villa en los jardines de Salustio. El tercer Flavio, a diferencia de sus predecesores, que se consideraban unos ciudadanos más, era el Dominus et Deus y aspiraba a construir una residencia a la altura de su poder.
Su construcción fue obra del arquitecto Rabirio y se inició en el año 81, al poco tiempo del ascenso de Domiciano al trono y fue finalizada después de 11 años, en el año 92. Se convirtió en el Palacio Imperial por excelencia donde vivieron el resto de emperadores, que sólo la modificaron levemente o la restauraron.
El inmenso edificio estaba distribuido en una serie de patios en forma de peristilo y se componía de varios sectores, de los que aún hoy quedan vestigios.
La Domus Flavia
Esta sería la sala de audiencias públicas en contraste con la sala de audiencias privadas o basílica situada al oeste, destinada a las sesiones del Consejo Imperial, y donde el emperador impartía justicia. Ésta tenía un ábside con columnas. A la derecha estaría el Lararium, donde se rendiría culto a los dioses protectores de la familia imperial; en la cercanía se ubicaría la Guardia Pretoriana. A esta área se accedía por una entrada monumental coronada por un arquitrabe,
Al sur encontramos un jardín rodeado de un pórtico, embellecido por una fuente que ilustraba un laberinto octogonal. Este patio precedía elsoberbio triclinio del emperador, llamado Coenatio Jovis o Salón comedor de Júpiter, lugar de culto del emperador donde se celebraban algunas ceremonias rituales. Se construía sobre un hipocausto, una doble cimentación que permitía el calentamiento del ambiente. Fue mejorado durante Adriano y restaurado por Majencio.
Este salón ya fue motivo de especulaciones en la época pues los escritores sugerían que Domiciano divinizado en vida se aparecía allí. El poeta Estacio recoge en su obra que el trono imperial estaba colocado en él bajo un baldaquino decorado con estrellas que evocaban el firmamento, y que cada vez que entraba allí se encontraba con Júpiter (encarnado por Domiciano) bajo un cielo de estrellas. Por su parte, Marcial escribe: “Desde tu espíritu piadoso y devoto, oh Rabirio, que con tu arte maravilloso construyes la morada imperial sobre la colina de Evandro (el Palatino), tú has recreado allí el cielo con sus estrellas” (Epígramas, VII, 56). Todo esto conecta ese salón con la simbología de la Domus Aurea de Nerón. Ambas tenían un planetario desde el que el emperador expresaba su poder sobre el cielo y la tierra. Sin embargo, llama la atención cómo la Domus Aurea fue abandonada inmediatamente y la Domus de Domiciano continuó siendo la casa de los emperadores de Roma.
Pudo ser usado de jardín, para festivales privados o pistas para caballos. Con unas medidas de 160x50 metros se localizaba al lado este y estaba rodeado por un peristilo. La pista se dividía en dos y estaba circundada por un pórtico de dos pisos. En el centro se encontraba la tribuna desde la que los emperadores asistían a los espectáculos.
Es la zona privada donde vivían el emperador y su corte. Con dos plantas que se desarrollaban en torno a un patio ninfeo, estaba orientada hacia el Circo Máximo. En torno al patio se encontraban numerosas salas cubiertas por complicadas bóvedas, destinadas a la vida íntima de los habitantes de la corte.
Era un edificio pequeño al norte de la exedra de la fachada de la Domus Augustana destinado a la formación y residencia de los esclavos imperiales. Muy curioso es un grafito del siglo III que representa a un hombre con cabeza de burro crucificado, posiblemente en alusión a una parodia de la crucifixión de Jesucristo.